HEROES DE NUESTRO TIEMPO


Un libro da cuenta de la historia del cómic y de por qué los superhéroes salvaron a Hollywood. La nota publicada en Nueva, acá.

El periodista argentino Juan Manuel Domínguez tiene una teoría acerca de los superhéroes. Piensa que además de salvar al mundo de villanos, salvaron al cine de Hollywood. Ya no son sólo tiempos de los legendarios Batman, Superman o Mujer Maravilla. Ahora otros personajes -algunos secundarios- se colocaron al mismo nivel. Iron Man, Deadpool o hasta El Guasón ganaron protagonismo. Buenos o malos. No importan intenciones. Marvel y DC Comics son los fabricantes de estas historias para el cine. “Súper Hollywood es algo diseñado para los Premios MTV y para esa entelequia que hoy domina los modos de comunicación, venta y consumo llamada ‘cultura joven’ (pasta base que conjuga nostalgia, novedad, selfie, viralidad y canchereadas descartables)”, escribe Domínguez sobre el final de su libro Súper Hollywood - los héroes del cómic salvan al cine. En sus páginas se viaja a través del tiempo: desde que en la pantalla grande se dio el primer paso en 1937 con The Shadow Strikes hasta hoy, que las películas no son sólo para chicos. Incluso algunas apuntan a los adultos. Lo que antes parecía primitivo, hoy es sofisticación pura. Grandes producciones que van más allá de la pantalla. Muñecos, remeras, llaveros y cualquier elemento que se identifique con este mundo de ficción planta bandera en el mercado. “Más allá del cine e incluso antes de ser su potencial salvación en la pantalla, Batman, Superman y Wonder Woman generan a la compañía que los posee, DC Comics (subsidiaria del gigante Time Warner), una ganancia anual que oscila entre los 800 y los 1000 millones de dólares”, se lee.
“El Batman de Tim Burton o Superman de Richard Donner no parecen películas hechas para chicos. Si bien no son densas, nadie pondría a un chico a ver Batman vuelve, por ejemplo. Estas películas apuntan a un público que es un amalgama: buscan a los menores de 18 años tanto como al adulto de 30 y pico a 50 años con ingresos. Buscan ser profundas pero no cortar tanto, ser graciosas pero sin ofender. Han logrado ese equilibrio pero sacrificando, a veces, cierta personalidad”, ejemplifica Domínguez cuando esta revista la pregunta a qué clase de gente y de qué edades apuntan estos films.
El cómic (y sus personajes) se reiventan cada dos por tres. Con ochenta años, se presume que llegarán a los cien en buena forma. Porque si bien los primeros personajes aparecieron a fines de los años 20 del siglo pasado, Superman, considerado el más emblemático, irrumpió masivamente en junio de 1938, cuando apareció en la tapa del primer número de la revista Action Comics, de la editorial DC; o Detective Comics. Luego llamada National Comics y más tarde National Periodical Publication, hasta llegar a DC Comics. Superman, también portada de los siguientes tres números, fue creado por el escritor estadounidense Jerry Siegel y el artista canadiense Joe Shuster, en 1933. Domínguez, cuenta en su libro, y le ratifica a Nueva, se queda con Batman (The Bat-Man, inventado por los estadounidenses Bob Kane y Bill Finger), también de DC pero aparecido en la Detective Comics número 27, en mayo de 1939. “Es mi primer amor narrativo. Batman es excepcional, es distinto, porque en su falsa humanidad, ya que siempre se dice que no tiene poderes, pero con su eterno ‘todo lo puedo resolver con dinero o entrenamiento’, se permite licencias que saben jugar con esa supuesta ausencia de poderes. Así, se permite cientos de relatos posibles. Ok, todos los súper lo hacen. Pero Batman tiene los mejores villanos y siempre gana. Siempre. Y la escala humana del súper fue algo que incluso en su superficialidad me divirtió mucho”.
En la Convención Internacional de Cómics de San Diego de 2013 se anunció que ambos referentes del bien estarían juntos en el cine. Batman v Superman: El Origen de la Justicia, se titularía la película. Fue estrenada en 2016. También aparecería la Mujer Maravilla, quien este año tuvo su propio film. Entre la potencia de uno y otro, Domínguez destaca a Superman sobre el hombre murciélago: “Si tengo que elegir, sabiendo que amo a Batman, Superman. Superman es el género. No sólo eso, es tan poderoso como idea, como diría Grant Morrison, que suele ser incomprendido. Seguro, fue status quo, como todos los superhéroes, pero hoy, como relato plantea un optimismo único, una reacción humanista a un mundo que no quiere serlo. Prefiero defender a Superman porque ser un vigilante billonario suena factible, y ser una semi-deidad que cree en lo humano antes que nada, suena a algo de otro planeta. Y sin Superman, Batman nunca sería lo cool que es”.

LOS PIONEROS
La rapidez para vencer a criminales era el fuerte de Madrake el mago. Los guiones de sus aventuras los hacía Lee Falk y los dibujos Phil Davis. Corría 1934. Fue el primer gran éxito del cómic. Dos años después, Falk -también estadounidense- irrumpía con otro superhéroe: The Phantom. O El Fantasma. Su autor pensaba que iba a durar apenas unas semanas. Duró seis décadas y todavía tiene seguidores. ¿Por qué no imaginarlo también a él en el Hollywood actual? Tras Mandrake y The Phanton irrumpieron Superman y Batman. Después la lista se hizo interminable. En 1939, recuerda Domínguez, el editor Martin Goodman, creador de Timely Comics, que desde 1961 sería Marvel Comics, había minimizado a los lectores de cómics: “A los fans no les interesa la calidad”, opinó. “Bueno, Goodman lo dijo hace muchos años, muchísimos. Cuando la historieta nacía. Aún así, el factor de consumo rápido ha definido cierta identidad de las historietas de superhéroes, al menos en el imaginario de muchas personas. Creo que los fans saben todo lo que puede dar el género, desde el estiércol hasta sus Mona Lisa. Como cualquier arte que implica relatos, sobran milagros y pilas de tierra. Hollywood descubrió eso como nunca en estas últimas dos décadas”, analiza, según el paso del tiempo -y la taquilla- el escritor argentino.
Hoy los héroes son cancheros y hasta se ríen de sí mismos. Ya no son, como refirió Adam West, el Batman con el que crecimos los que tenemos de cuarenta para arriba y que falleció el 9 de junio último, tan solemnes: “Actuábamos como Shakespeare algo que era más cercano al ridículo”, lo cita Domínguez. “Hoy el superhéroe canchero, el celebridad, tiene más valor, y Marvel todavía domina el mercado. Pero Batman y Superman son la piedra fundacional. Son Romeo y Julieta al relato súper. Pero es claro que se buscan superhéroes menos plenos, menos puros, y eso explica la ausencia de popularidad más allá de ser ícono invencible de Superman en los últimos años”, le dice Domínguez a Nueva. De hecho, en su libro destaca que Deadpool se impuso a fuerza de una campaña basada en el humor, la ironía y las redes sociales: “Siempre hay un humor en los superhéroes. Su absurdo mezcló siempre dos cosas: lo imposible, que antes era aquello que alguien podía dibujar y el cine miraba con envidia, y lo improbable, como que alguien vuele y use calzoncillos afuera del pantalón. Es un factor innegable a un universo de personas en calzas. Claro no siempre está a volumen 10, al tope, pero está ahí latente. Christopher Reeve decía en el Superman de los 70: ‘No bebo cuando vuelo’. Deadpool hizo algo distinto: expandió lo guarro de su personaje y su lectura de los discursos al marketing. En lugar de adoptar y doblegarse frente al marketing, pareciera que se dio el proceso inverso y funcionó”.
Las mujeres también fortalecen su presencia en el mundo del cómic. “En 2014, un estudio de la Motion Picture Association of América demostró que la mayoría de las personas que van al cine son mujeres. Hoy la cantidad de mujeres que leen cómics de superhéroes, por ejemplo, representa el 53% del mercado (un salto del 40% en relación a 2011)”, escribe Domínguez, quien además destaca que el trailer de La bella y la bestia fue en su momento el más visto de la historia en sus primeras 24 horas, con 127,6 millones. Con algo de prudencia, Domínguez le dice a Nueva que “se acaba de estrenar Mujer Maravilla, que era impostergable. Pero recién hay una sola película más con un protagonista mujer anunciada hasta el 2020”. Y después: “No creo que el interés por los personajes femeninos sea solamente femenino. Es parte de amar el género: quiero ver historias nuevas, distintas, con otra sensibilidad posible. En las historietas es algo que se da más pleno en los últimos quince años, y ha sido una bendición. Diría que el rol es el de cualquier personaje: contar una historia que parezca nunca contada, y, en este mundo horrible, ayudar a entender un poco más qué es lo que podría salvarlo”.
Aunque Hollywood necesitó de los superhéroes para salvar su industria, o para hacerla crecer aún más, los cierto es que los cómics han salvado tardes de infancia y adolescencia; y en muchos casos también de adultez. Nos han dado momentos increíbles, nos ayudaron a ser otros, nos dieron una mano para escapar de las rutinas. Tal vez por eso nunca van a desaparecer: porque nos invitan a mundos que de otra manera serían imposibles. Así se entiende por qué, como le dice Domínguez a esta revista, en estos tiempos de múltiples formatos de comunicación “la historieta vive una plenitud distinta a cualquier otra en su historia”.

DOMÍNGUEZ
¿Qué personaje merecía mejor suerte y por qué?
Plastic Man. Es un superhéroe que tuvo cinco minutos de fama en los comienzos del género, en la primera mitad del siglo XX, gracias al genio de Jack Cole, su artista. No hay casi películas de comedia con superhéroes, al menos sin apelar a la parodia satírica de la rutina del género: a los Deadpool, o Mistery Men. Una comedia súper con músculo de cine a lo Tati y alegría plena.
¿DC o Marvel?
DC. Pero porque fue mi alfombra roja, mi primera prueba, y por el cariño descontrolado que siento por Batman. ¿En el cine? Es una pena que DC siga desperdiciando oportunidades, más allá del corazón de un film como Mujer Maravilla. DC fue siempre mi barrio, pero la gran verdad es que ambos “barrios editoriales” se necesitan.
¿La mejor frase que escuchaste o leíste del cómic?
En una distopía (y en una historieta sería bastante oscura), Red Skull, villano clásico del Capitán América ahí encarnado por un menor de edad, dice: “Yo soy Dios”. Entonces, Capitán América, más parecido a Bruce Willis vestido con una bandera, dibujado serio, con mucha sombra y poca línea de músculo, aparece en escena diciendo: “Entonces yo soy Nietzsche”. Me parece un intercambio que resume todo el absurdo que me encanta del género.
¿Tu villano favorito?
Thanos. El que viene ahora, el villano enorme de Marvel en el cine. Amo los villanos galácticos.

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