El Rojo y su lucha por no descender
Hoy es lunes pero todavía me duele el domingo. Ayer, después de que Independiente perdiera 2 a 1 con Boca, tuve por primera vez un miedo posta de irnos a la B. Hasta entonces creía que era una posibilidad lejana, que íbamos a salir, que los jugadores reaccionarían. Pero después de perder, tomé conciencia de que los jugadores no son hinchas y el técnico tampoco. Juegan por su pellejo, que no es otra cosa que el sueldo elevadísimo que cobran y algo de prestigio en un club que hoy no tiene ni brillo. No se puede vivir siempre de la historia, por más gloriosa que sea.