"CON ISRAEL, LA DIÁSPORA DESAPARECIÓ COMO ALGO INSUPERABLE"
El ensayo de Santiago Kovadloff invita no sólo a entender la historia
judía, sino a meditar sobre su futuro y a replantear el presente. La entrevista
original publicada en el diario La
Gaceta se puede leer acá
y el comentario del libro, acá.
¿Es posible ser un judío
diaspórico, después de la creación del Estado israelí, si no se es un creyente
ortodoxo? De preguntas como esta surgió su último ensayo, La extinción de la
diáspora judía. Acá amplía algunas de las reflexiones vertidas en el libro.
Cree que Israel no desaparecerá y que el drama palestino llegará a su fin.
"Los hombres no buscan el mutuo entendimiento porque se amen; lo buscan
porque la beligerancia recíproca no les permite consolidar sus intereses
propios", afirma.
- ¿Por qué eligió la cuestión de
la diáspora judía para escribir un libro?
- No elijo mis temas. Son ellos
los que me dictan su preeminencia. Se me imponen. Tal vez vivan larvados en mí
durante años, nutriéndose de percepciones laterales, indirectas. Y aun de una
atención preconsciente. En un momento dado, pasan a ocupar el centro de la
escena. Afloran. Ganan protagonismo. Y yo lo advierto. A partir de allí, me
concentro en ellos, les correspondo. Me doy cuenta de que llegó la hora de
trabajar con ellos. No me intereso por ningún tema que no provenga de lo más
oscuro de mí. En ese sentido no hay, en mi caso, diferencia alguna entre la
génesis de un poema y un ensayo. No me sucedió otra cosa con el argumento de La
extinción de la diáspora judía. Durante toda mi vida, el judaísmo me conmovió y
me interrogó, sin llegar a manifestarse como materia indispensable de un libro.
La revelación de esa necesidad sólo sobrevino en el año 2004. Entonces me pregunté:
¿soy yo un judío diaspórico? ¿Es posible seguir siéndolo si no se es un
creyente ortodoxo, para quien solamente la llegada del Mesías pondrá fin a la
dispersión del pueblo hebreo? ¿Es posible seguir siéndolo tras la creación del
Estado israelí, que brindó a los judíos la libertad de elegir entre una
identidad nacional judía o la ratificación de sus identidades nacionales ya
existentes? Estas preguntas orientaron mis lecturas y mis relecturas a partir
de entonces. Hacia el año 2007, el tema que me importaba comenzó a perfilarse
como argumento de un libro. Entonces sentí la necesidad de empezar a escribir.
Al comienzo fueron notas, fragmentos, líneas. Ninguna idea precisa de la
estructura que debía tener mi ensayo. Mucho menos, del tono que debía imprimir
a la escritura para que tradujese la intensidad polémica que para mí revestía
el asunto que tenía entre manos. De modo que no, no elegí la cuestión de la
diáspora. Ella me convocó desde lo más íntimo de mí.
- ¿Qué le ha dado y qué le ha
quitado al pueblo judío la creación de Israel?
- A muchos judíos les ha dado una
patria. Pero, tal como yo la entiendo, la creación de Israel le ha dado, por
sobre todo, al pueblo judío en su conjunto la posibilidad de liberarse de la
diáspora entendida como algo ineludible. Como inscripción inamovible en la
historia. En última instancia, como fatalidad. Le ha permitido a ese pueblo
elegir y, en esa medida, lo ha hecho libre. Los judíos, a partir de 1948,
pudieron optar. Ser israelíes si lo deseaban, o no serlo. Y en la medida en que
pudieron optar, la diáspora desapareció como algo insuperable. Israel privó a
los judíos del yugo de una condena teológica no desmentida como hecho
históricamente comprobable hasta 1948: la de la dispersión concebida como
castigo impuesto a ellos por un Dios que, disconforme con su conducta, los
expulsó de su tierra en cien direcciones distintas.
- Nahum Goldmann se pregunta
adónde va Israel. ¿Adónde cree usted que va?
- Si se exceptúa a Egipto y
Jordania, el pasado inmediato no brinda indicios de la aptitud de árabes y
judíos para convivir en paz. Ello es así a menos que nos remontemos a la etapa
previa a la creación del Estado israelí. Tampoco el presente parecería alentar
expectativas de acuerdo. No obstante, la globalización -fenómeno desconocido en
el pasado- puede llegar a disolver intransigencias que, sin ella, podrían
parecer insuperables. Hay nuevas necesidades geopolíticas cuya influencia no
cabe subestimar. Israel no desaparecerá de Medio Oriente. El drama palestino no
se perpetuará. Habrá entendimiento, finalmente, porque la guerra sólo conduce a
la potenciación del desacuerdo y el resentimiento recíprocos. Los hombres hacen
la paz para ganar, en última instancia, lo que la guerra no les permite ganar
por mucho tiempo. Los hombres no buscan el mutuo entendimiento porque se amen.
Lo buscan porque la beligerancia recíproca no les permite consolidar sus
intereses propios, como sí se los permite, al menos parcialmente, la
negociación. En verdad, no importa que no se amen mientras entiendan la
inutilidad de su desprecio mutuo. La paz en Medio Oriente llegará por
agotamiento del espíritu beligerante y por incidencia de cambios geopolíticos
que hoy empiezan a insinuarse claramente.
- En una cita que hace de Levinas
en el libro, el filósofo lituano dice que el judaísmo sólo sobrevivirá si es
reconocido y difundido por laicos fuera del judaísmo. ¿Podría ampliar este
concepto?
- Efectivamente, Levinas afirmó
en 1959 que el judaísmo "solo puede sobrevivir en la medida en que sea
reconocido y difundido por laicos que, por fuera de todo judaísmo, son los
promotores de la vida en común de los hombres". ¿Qué quiso decir con ello?
Me parece que, en esa etapa de su proceso creador, Levinas buscaba transmitir
la idea de que el porvenir de los valores universales producidos por el
judaísmo no se perfilaría con el vigor necesario en el interior del credo
religioso judío ni en ningún otro credo. Lo haría, sí, sólo en los hombres
laicos de buena voluntad que aspiraran a convivir en paz y mutua comprensión.
Es decir, en un marco político asentado en la religiosidad como vivencia antes
que en la religión como sistema; ético con independencia de lo litúrgico. Daría
la impresión de que, a fines de los años 50, Levinas se inclinaba por un
trasvasamiento de los principios fundantes de la cultura religiosa judía hacia
el campo secular que ya era, claramente, el que caracterizaba la experiencia de
lo judío en la mayoría de quienes se nombraban como tales. Y ello no sólo en
Francia. Algo similar a lo que estaba ocurriendo en la civilización cristiana y
en clara diferenciación todavía con lo que aun sucede en la civilización
islámica. En ésta, la religión como sistema sigue concentrando el monopolio y
la transmisión de los valores que importa contemplar en la práctica sociopolítica.
- En el libro se habla del
antijudaísmo como un mal sin remedio. ¿Por qué? ¿Lo es todavía?
- El antisemitismo cumple una
función indispensable en la economía de la identidad primariamente entendida
(se lamenta). Primariamente entendida, la identidad quiere ser certeza;
proponernos, a cada uno y para cada uno, un yo inequívoco. Y ello en desmedro,
siempre, del yo del otro. Odiar a los judíos equivale a saber de uno, en tanto
no es judío pero sí antisemita, como alguien exceptuado del mal que ellos
encarnan y que deben representar necesariamente. El maniqueísmo exige una clara
división de aguas entre réprobos y elegidos. Es un recurso ontológico-político
que, con mayor o menor intensidad, está vigente en todas las culturas. La
judeofobia es una construcción que viene prosperando desde hace más de 3.000
años. Hay "razones" para ello. Traté de exponerlas en Lo
irremediable, el libro que hace unos años consagré a Moisés y el espíritu
trágico del judaísmo.
“LA EXTINCIÓN DE
LA DIÁSPORA JUDÍA”,
PARA PENSAR UNA CUESTIÓN IRRESUELTA
No se trata de un libro de esos
que se leen rápido. Todo lo contrario. Meterse en sus páginas implica en ocasiones
la relectura de algunos de sus párrafos. Será éste un ejercicio que se hará
costumbre y servirá para ratificar conceptos u oponerse a otros. Lo interesante
es que este trabajo habilita a pensar. Y muchas veces lo hace a través de las
preguntas que se planteará el lector a partir de las ideas que se encuentran.
No abundan, entonces, las
respuestas. Por el contrario, se deberán ir buscando y se encontrarán sólo
gracias a un detallado análisis. Algunos de los exponentes citados creen que el
pueblo judío tiende a su desaparición, otros lo niegan rotundamente. Hay
quienes descreen de Israel como país y quienes lo avalan como sentimiento
religioso. El pasado, el presente y el futuro son vistos desde distintas
ópticas. Antagónicas, a veces; interesantes, siempre.
Incluso aquellos que desconocen
la temática judía encontrarán en estas páginas una herramienta indispensable
para acercarse a ella. Y empezar a entenderla.
FRAGMENTO
“Inalterable en sus convicciones,
impermeable a todo proceso de modernización, el judaísmo ortodoxo no confunde
el cambio que espera con ninguna de las transformaciones que acarrea el paso
del tiempo. Su expectativa está puesta en la llegada a este mundo del Mesías;
nada le dice la incesante metamorfosis de las costumbres, los fervores
ideológicos, la dilatada fascinación por lo novedoso que absorbe las energías
de los centros de poder, de saber y de opinión.
Nadie, estoy seguro, rechazará
con más énfasis que Yakov Rabkin la hipótesis de este libro. Es comprensible
que así sea. No sólo porque Israel es concebido por la ortodoxia como una
profanación de la escritura de Dios, sino también porque nadie, salvo el Mesías
con su arribo redentor, puede poner fin a la dispersión. Nada menos aceptable,
en consecuencia, que un judaísmo posdiaspórico. Equivaldría en el mejor de los
casos, ese judaísmo posdiaspórico, a un judaísmo redimido, pleno, consumado.
Reverso, en una palabra, del que presento aquí”.
PERFIL
Nacido en 1942 en Buenos Aires,
el filósofo Santiago Kovadloff es autor de libros de ensayo, poesía y relatos
para chicos. Algunos de ellos son “El silencio primordial”, “Lo irremediable”,
“Sentido y riesgo de la vida cotidiana”, “La nueva ignorancia”, “Ensayos de
intimidad” y “El enigma del sufrimiento”. Integra la Real Academia
Española (como miembro correspondiente) y la Academia Argentina
de Letras y la de Ciencias Morales y Políticas. Como ensayista obtuvo el Primer
Premio Nacional de Literatura, entre otros galardones.
Comentarios