UN GRAN REGRESO DE ROBERTO SAVIANO
El escritor y
periodista italiano, quien vive bajo escolta desde que fue amenazado por contar
detalles de la mafia italiana en su libro Gomorra, en 2006, acaba de publicar
CeroCeroCero, una magistral descripción de cómo fue creciendo el negocio de la
droga en el mundo desde la década del 80. El
comentario original de este libro fue publicado en el diario La Gaceta, de
Tucumán.
La última joya de Roberto Saviano se titula
CeroCeroCero – Cómo la cocaína gobierna al mundo- (Anagrama) y obviamente trata
sobre el enorme mundo de las drogas. Del que uno toma verdadera conciencia de
cuán abarcativo es tras leer las casi 500 páginas que incluyen datos
geográficos, números y muchas historias. Casi todas con finales violentos. Pero
la violencia no sólo está en esos finales, sino que se respira en cada una de
las líneas.
En CeroCeroCero (el triple 0 alude a la mejor
calidad de la harina para hacer la droga), el escritor y periodista napolitano
continúa el camino iniciado con Gomorra, su anterior trabajo, en el que
desnudaba a la mafia italiana y que le valió tantas amenazas de muerte que hoy
debe moverse oculto y con escolta. A ese estilo de vida también hace referencia
durante este nuevo libro. Y lo realiza de tal manera que se percibe un cierto
dejo de despedida. ¿Por si llegase a pasarle “algo”? “¿Y si hubiera actuado de
otro modo? ¿Si hubiera elegido la vía lineal del arte? Una vida de escritor que
alguien definiría como pura, por ejemplo, con sus malas leches, sus psicosis,
su normalidad (…). No he sabido hacerlo. Me ha tocado la vida del fugitivo, del
corredor de historias, del multiplicador de relatos. La vida del protegido, del
santo herético, del culpable si come, del falso si ayuna, del hipócrita si se
abstiene. Soy un monstruo, como es un monstruo cualquiera que se haya
sacrificado por algo que ha creído superior. Pero todavía me queda respeto”,
escribe.
Toma partido también al opinar que “por más
terrible que te pueda parecer, la legalización total de las drogas podría ser
la única respuesta. Quizá una respuesta terrible, espantosa, angustiante. Pero
la única para atajarlo todo. Para parar el creciente volumen de ventas. Para
parar la guerra”.
El comienzo de CeroCeroCero es abrumador,
eficaz. De los mejores que se escribieron en los últimos años. “La coca la
consume quien ahora está sentado a tu lado en el tren y la ha tomado para
despertarse esta mañana, o el conductor que está al volante del autobús que te
lleva a casa porque quiere hacer horas extras sin sentir calambres en las
cervicales. Consume coca quien está más próximo a ti. Si no es tu padre o tu
madre, si no es tu hermano, entonces es tu hijo. Si no es tu hijo, es tu jefe”,
y así se arma un listado de ejemplos del que es imposible evadirse. Lo que
sigue es un libro muy bien escrito, que sirve para conocer sobre la temática.
Para saber cómo y por qué crecieron los cárteles mexicanos y colombianos desde
los años 80. Cómo los negocios pasaron a los Estados Unidos y a Europa. Esos
mismos negocios para los que casi no hay fronteras porque superan toda legalidad
posible.
Se describe también cómo deben comportarse los
jefes de esos cárteles frente a sus subalternos. “Rico, pudiente, pero sin
ostentación”, refiere uno de ellos. “Un equilibrio sutil”, agrega. Enseguida
llegará el turno de la violencia en estado puro. Policías, contrabandistas,
jefes. Todos tendrán su final sangriento. El primero del que se da cuenta es el
de Kiki Camarena, un agente de la
DEA asesinado en tierras mexicanas en tiempos en que “los
padrinos” dividían territorios. Camarena los investigó y la venganza fue
ejemplar. Así tenía que ser. Se supo luego, cuando encontraron lo que quedaba
de su cuerpo. Camarena recibió bofetones, puñetazos, descargas eléctricas.
También le quemaron los genitales. Y le atornillaron el cráneo hasta alcanzar huesos
y carne. Todo grabado. Escucharlo, refiere, es terrible. Esa historia, que
llegó al cine, es apenas un ejemplo de muchas más que irán apareciendo durante
el relato.
“México es el origen de todo”, dirá Saviano. Y
contará por qué. Nombres de ciudades y padrinos irán desfilando y el lector,
posiblemente, sentirá la tentación de ir a la web a buscar más datos. Allí no
sólo encontrará otras cosas. Sino que lo leído se volverá imagen. Cada uno de
los protagonistas de las historias tiene un rostro que no es ficticio. Aunque
lo parezca. Porque la violencia es tal que uno no puede creer que se llegue a
tales extremos. Como por ejemplo cuando se cuente que en 1997, en una autopista
mexicana, se hallaron tres cuerpos con los ojos arrancados y los huesos rotos.
Se trataba de los médicos responsables de operar al narco Amado Carrillo
Fuentes para cambiarle las facciones del rostro. Pero una dosis excesiva de un
sedante durante la operación le causó la muerte. Y la venganza se hizo
efectiva.
Saviano contará quién es quién en este
rompecabezas. Cuáles son las funciones que se necesitan llevar a cabo para que
el negocio funcione. La del camello, por ejemplo. Cómo hacen para ingerir y
trasladar en sus cuerpos las bolitas de droga en aviones de un país a otro. Un
pequeño problema y les explota la panza. Morirán en pleno vuelo tras un
sufrimiento increíble. “El problema no es la cantidad de dinero que ganas, es
que te parece imposible cualquier otra clase de trabajo, porque te parecería
que pierdes el tiempo. Con un cambio de manos ganas más que con meses y meses
de trabajo, sea cual sea éste. Y no te basta saber que acabarás detenido para
hacerte elegir otro oficio”, confesará uno de ellos ante el autor. Luego se
detallará cómo funcionan las escuelas para los camellos.
Las ganancias que genera la cocaína es otro
punto al que se hace referencia. Explicaciones acerca de cantidad de
“mercadería” y de dinero hacen entender por qué el negocio es tan fructífero. Entran
en juego las toneladas incautadas en operativos policiales con una inteligencia
previa de años. Y las nuevas tecnologías para burlar a las autoridades. También
se explica en qué países se consume más y cómo se mejora o empeora la calidad
del producto y qué papel juegan los arrepentidos para arruinar el negocio de
los narcos mientras ponen en juego no sólo su propia vida, sino también su
papel a futuro en una determinada sociedad.
El por qué de la incidencia en la economía tal
vez pueda entenderse al leer que “en el occidente desarrollado han cerrado las
fábricas y se ha alimentado el consumo gracias a formas de deuda como las
tarjetas de crédito, el leasing, los plazos y las financiaciones. ¿Quién tiene,
en cambio, los mayores beneficios obtenidos con una mercancía que hay que pagar
en su totalidad y de inmediato? Los narcotraficantes. No sólo ellos, es cierto.
Pero el verdadero dinero de las mafias puede marcar la diferencia para que el
sistema financiero siga manteniéndose en pie. Ese es el peligro”. Y también:
“Con el dinero de la cocaína primero se compran políticos y funcionarios.
Luego, a través de éstos, el amparo de los bancos”.
Argentina será mencionada. De manera indirecta,
como cuando se cuenta de “Pocho”, el nombre de un perro de la policía
napolitana que pertenece a la unidad canina y que, dicen, es el mejor entre los
que rastrean coca. Su apodo se lo debe al futbolista Ezequiel Lavezzi, quien
jugó en el Nápoli. También se hablará de una argentina al recapitular
diferentes operativos que fueron abordados con éxito. Lo protagoniza Sandra
Figueroa, arrestada en 2009 en el aeropuerto de Santiago de Chile, cuando llevaba
en sus maletas 15 kilos de estupefacientes.
El lado femenino en este ambiente tendrá su
espacio. Las descripciones de Griselda Blanco –considerada la mujer más
despiadada del narcotráfico colombiano- y de Sandra Ávila Beltrán no tienen
desperdicio. Erizarán la piel del lector. Sobre todo la de Griselda. De la
pobreza y la humillación extrema pasará al poder absoluto. Hasta que sobre ella
pesará el mismo destino que parece ser inevitable para los jefes de los
cárteles.
CeroCeroCero no es en vano. Porque a través de
sus páginas también se entenderá que, como opina Saviano, “nada es más poderoso
que la lectura, nadie es más embustero que quien afirma que leer un libro es un
gesto pasivo”.
Alejandro Duchini
PERFIL
Nacido en Napoles, Italia, el 22 de septiembre
de 1979, Roberto Saviano es periodista y escritor. Se hizo mundialmente
conocido en 2006, tras publicar Gomorra, en el que detalla los negocios de la Camorra. Desde
entonces vive con guardaespaldas, ya que fue amenazado de muerte. Otros de sus
libros son Lo contrario de la muerte y La belleza y el infierno, donde hay una
crónica sobre Lionel Messi. Gomorra llegó al cine.
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