“Un mundialito en casa”
Después de la apabullante eliminación en el Campeonato del Mundo de Sudáfrica, la selección nacional de fútbol vuelve a disputar un torneo de envergadura. ¿El condimento especial? La 43ª edición de la Copa América se disputa en diferentes destinos de la Argentina. Mientras nos mordemos los codos por la suerte de Messi y compañía, recordamos las mejores anécdotas de este histórico certamen continental.
No es un Mundial, pero se le parece. Por estos días se respira fútbol, ya que se juega la Copa América, un torneo de casi cien años de historia en el que pugnan las selecciones más importantes del continente. Aunque en algún momento careció de interés, en la actualidad parece haber recuperado la pasión perdida. En particular en la Argentina, porque es la sede que reúne a los doce equipos participantes. Y también por la presencia de Lionel Messi, considerado el mejor jugador del mundo. Se trata, al fin de cuentas, de un argentino que casi nunca juega para el público argentino (se fue a España sin siquiera debutar en primera división). Su talento suele disfrutarse por la televisión, y contadas veces en una cancha nacional.
El conjunto que dirige Sergio Batista tiene la bronca atragantada por las finales perdidas en las últimas dos ediciones, cuando se impuso Brasil, el rival de siempre. Fue en Perú 2004 y en Venezuela 2007. ¿La tercera será la vencida? La sequía argentina no es menor. El último torneo internacional de envergadura que ganó fue, justamente, este, en 1993. El conjunto, comandado entonces por Alfio “El Coco” Basile, plasmaba un fútbol que despertaba numerosos adeptos. Ese año se disputó en Ecuador y se le ganó a México en el choque definitorio. Dos años antes, en Chile, también había celebrado la Argentina, cuando superó a los brasileños. Por esos tiempos, agonizaba la “era Maradona” y el título mundial de 1986 empezaba a quedar un tanto lejano.
La primera edición, que fue denominada con el nombre de Campeonato Sudamericano, se disputó, en nuestro país, en 1916. Los laureles se los llevó Uruguay. Hasta el momento, uruguayos y argentinos lideran, con catorce títulos cada uno, la tabla de los vencedores. Siguen Brasil con ocho, Paraguay y Perú con dos, y Colombia y Bolivia, con uno.
Desde aquella primera vez hasta hoy, muchas son las cosas que se recuerdan…
Del blanco y negro al HD
En estos casi cien años de historia futbolera, incluso la tecnología tuvo su incidencia. Esta Copa América se presenta como la mejor televisada, y se hace hincapié en la célebre sigla HD (alta definición). Sin embargo, fue en 1959 la primera vez que se pudo ver un partido en directo por la caja chica. Se trató de la final. Eso generó enormes expectativas. Los detalles los brinda uno de los periodistas deportivos más renombrados: Oscar Lemos.
Dueño de un archivo envidiable, sus crónicas se reflejan en diversos matutinos nacionales, donde rescata perlitas imperdibles del fútbol y del boxeo. Su casa de Quilmes está atiborrada de recortes. Lemos cuenta sobre aquel puntapié inicial: “Ese fue el primer Sudamericano cuya final se televisó en directo. El partido se jugó en la cancha de River. En ese Sudamericano el atractivo era especial, porque jugaba el Brasil que venía de ser campeón del mundo en Suecia 58, con Pelé, Gilmar, Didí, Bellini y Garrincha, entre otros fenómenos”.
La televisión era por aquellos tiempos un lujo de pocos (en 2011, la Copa América se podrá apreciar hasta por Internet). Los aparatos eran importados –Capehart o Admiral–, ya que escaseaban por estos pagos. Las casas de quienes tenían un aparato se llenaban de parientes, amigos y hasta vecinos para disfrutar de las imágenes en blanco y negro. El partido se pudo sintonizar por Canal 7.
“Aquella final fue entre la Argentina y Brasil, el 4 de marzo. A los argentinos, como no era partido de definición directa, nos alcanzaba el empate para ser campeones, porque teníamos un punto más que ellos. Terminó 1 a 1 y la Argentina dio la vuelta. Lo extraño es que, ante ese Brasil, nadie daba un peso por la Argentina. Ese fue uno de los grandes batacazos de este torneo entre selecciones. Ganar ese título posibilitó que muchos jugadores argentinos fueran a Europa, como Manfredini, que de Racing se fue a la Roma de Italia; o Griffa, que de Newell’s pasó al Atlético de Madrid”, evoca Lemos. Los goles de esa final los hicieron Pizzuti y un tal Pelé.
Los estadios de la Copa América 2011 fueron hechos a nuevo. Sorprende el “Único”, de La Plata. Lo que no asombra es que los partidos se jueguen de noche. Sí era raro a comienzos del siglo pasado, pero ya en 1937 se disputaron, por primera vez, partidos nocturnos por este torneo. Esa vez se jugó en la Argentina, que fue campeón tras vencer a Brasil por 2 a 0 en la final, con goles de Vicente De la Mata.
“Fue un verdadero adelanto para la época y un alivio para jugadores y espectadores, porque podían soportar mejor las altas temperaturas reinantes. Las luces, con bombitas de alto voltaje, estaban colocadas en lo alto del campo de juego, en medio de un cablerío impresionante que se sostenía en torres ubicadas en los extremos de las tribunas. Muchas veces, las pelotas rechazadas violentamente por los defensores daban de lleno en alguna de los cientos de lamparitas que iluminaban precariamente el partido”, acota Lemos.
Caballeros… y no tanto
Las perlas de la Copa América son variadas. Sucedieron un sinfín de anécdotas, dignas de ser contadas. La edición de 1919 debía jugarse el año anterior, pero se suspendió por una epidemia de gripe que azotó a Brasil, país organizador. Por ese entonces, brasileños y uruguayos iban a jugar un amistoso que tuvo que cancelarse debido a la muerte del arquero oriental, Roberto Chery. Dolidos por lo sucedido con su compañero, los uruguayos decidieron regresar a su país. Sus pares argentinos se solidarizaron y lucieron la camiseta celeste. Los brasileños jugaron con la del club charrúa Peñarol. Se puso en juego la Copa “Roberto Chery”.
Eran tiempos distintos. El fútbol se sentía y se vivía de otra manera, para mejor o para peor. Alguna vez se lo recordó en una charla personal Domingo Tarascone a Lemos. “Tarasca” fue uno de los jugadores argentinos que participó de la final de 1924, contra Uruguay, quien oficiaba como local y se quedó con el título. El partido terminó 0 a 0 y la figura fue el arquero argentino Américo Tesorieri. Al terminar el encuentro, los propios uruguayos lo aplaudieron y lo llevaron ¡en andas! para que lo saludara el presidente de Uruguay, José Serrato. Jugador de Boca, Tarascone recordó, años después, entre risas: “Fue emocionante cómo agasajaban a un compañero nuestro. Ellos con el empate eran campeones. ¿Qué habría pasado si ganábamos nosotros? Lo más probable es que nos habrían levantado también, pero para tirarnos al río…”.
Después, a Tarascone le cantaría el mismísimo Carlos Gardel, quien lo incluyó en un tango que se tituló “Patadura”. En alusión a él, el Zorzal Criollo cantó: “Hacer, como Tarasca, de media cancha un gol”. A Tarascone lo vinieron a buscar nada menos que del Tottenham, de Inglaterra. Recuerda Lemos: “Cuando le pregunté por qué no fue, me dijo: ‘Vivía solo con mi vieja, ¿cómo iba a dejar sola a la viejita en Buenos Aires?’. Y eso que allá iba a recibir buen dinero; acá no se cobraba todavía”.
Tarascone falleció el 3 de julio de 1991, a los 88 años. Una vez que abandonó la práctica futbolística, vendió muebles en un viejo cine del barrio de Boedo.
Y... no todo es color de rosa. Las peleas también tuvieron su lugar… y de privilegio. Uno de los más violentos capítulos que pueden constatarse fue el del 10 de febrero de 1946, cuando la copa se llevó a cabo en nuestro país (nuestro seleccionado fue campeón tras vencer a Brasil). En la final, el brasileño Chico le fue con los tapones de punta al defensor y capitán argentino José Salomón, quien sufrió doble fractura de tibia y peroné. Iban veintiocho minutos de partido y se desató una pelea entre los jugadores de ambos equipos. Fue tal la violencia que los visitantes tuvieron que huir de la cancha, aunque volvieron tras sesenta minutos de receso. Si bien la Argentina se impuso por 2 a 0 con tantos de Tucho Méndez, nadie festejó debido al momento que atravesaba el defensor. Salomón no volvió a ser el mismo: al tiempo dejó Racing para dar las hurras en el Liverpool de Montevideo.
Conclusiones
“La Copa América es un torneo cada vez más competitivo. Si uno acude a los archivos, se da cuenta de que la ganaban la Argentina, Brasil o Uruguay, casi sin despeinarse. Se apostaba por cuántos goles superarían a sus contrincantes. Ahora, incluso con el nivel que tienen los argentinos y los brasileños, es todo más parejo. Los resultados ya no están tan cantados”, opina Lemos, quien destaca el crecimiento que experimentaron países como Colombia, Paraguay o Chile.
Esta edición es, sin duda, una prueba de fuego para la Argentina, quien organiza por novena vez el certamen. Además, se ratifica la tendencia de que el fútbol capitalino no sea quien se lleve la porción de torta más grande. “Que se jueguen muchísimos encuentros en diversas provincias de la Argentina hace que el torneo brille más”, comenta Lemos y prosigue: “Después de un Mundial, se trata del torneo de selecciones de mayor envergadura –como lo es la Eurocopa para los del Viejo Continente–. Es un banco de pruebas para saber dónde está parado el fútbol de cada país”.
La pelota ya empezó a rodar. La copa está en juego. La pasión, también.
Para qué sirve la Copa América
Esta competición mostrará dos cosas: cuál es el presente del equipo argentino y hacia dónde -y cómo- lo quiere llevar su nuevo técnico, Sergio Batista. Con ciertas reticencias del público -algo que no escapa a ningún entrenador del seleccionado argentino-, Batista deberá ganarse a la gente nada menos que jugando de local. Habrá que analizar de qué manera maneja esa presión. Sobran jugadores de gran calidad, pero eso no asegura un final feliz. Por el contrario, a veces hasta puede ser un boomerang si los resultados son desfavorables. No obstante, el gran objetivo es a largo plazo: el Mundial de 2014, en Brasil, donde otra vez la Argentina será el candidato (después del local, claro), sobre todo por un Messi que llegará en una edad ideal y por el riquísimo plantel con el que se contará. Hasta entonces, habrá que ir paso a paso. La Copa América es el primero de ellos.
Comentarios