LA FELICIDAD SEGÚN EDUARDO SACHERI

En la historia, el protagonista se entera que tiene una hija adolescente. La nota original está acá.
 SER FELIZ ERA ESTO

EDUARDO SACHERI

(Alfaguara - Buenos Aires)

En los últimos años, sólo dos libros me hicieron llorar. Uno fue En la carretera, de Cormac McCarthy; el otro, el último de Eduardo Sacheri, Ser feliz era esto. En ambos se da la coincidencia de que la emotividad estalla en las últimas páginas.

Pero voy a hablar del de Sacheri y a situarme, a modo de ejemplo, en algo que nos incumbe a quienes hoy rondamos los 40 y crecimos con la saga de “La guerra de las galaxias”. Si en “El imperio contraataca” Darth Vader le suelta a un derrotado pero no vencido Luke Skywalker la memorable frase “yo soy tu padre”, acá ocurre lo contrario. Porque un día cualquiera, en un barrio del oeste de la provincia de Buenos Aires, Sofía le dice a Lucas, el protagonista, “yo soy tu hija”. Le toca el timbre del departamento y se lo suelta de buenas a primeras, sin anestesia. Es el momento en que se ven por primera vez. La adolescente, de 14 años, es el fruto de una relación ocasional en un verano en Villa Gessell y Lucas jamás imaginó que Laura había quedado embarazada. Pero hace unos meses Laura murió y la hija de ambos quiere conocer a su padre.

A las primeras horas de confusión le sigue la del desmoronamiento de una vida apacible y aburrida de Lucas junto con su pareja, Fabiana. Porque habían hablado de no tener hijos y de pronto en la casa son tres. Pero ese mundo que comienza a caerse no conlleva melancolía ni sensación de fracaso, sino todo lo contrario. Lucas empieza a ver las cosas de otra manera. Como una nueva oportunidad. Algo inesperado le hace ver la luz al final de un túnel imaginario. Su mujer se empieza a ir de a poco. La relación con Sofía es tirante. Fabiana quiere seguir dirigiendo la vida de él mientras la hija le muestra al padre que hay algo mejor más allá de la resignación. Se lo plantea, le hace preguntas, lo deja en jaque.

Por eso lo interesante de Ser feliz era esto es el mientras tanto que propone el autor. Un autor que siempre incluyó en sus novelas al fútbol y que esta vez apenas roza el tema. Está bueno destacar además lo humano de los personajes. Todos. Porque cada uno tiene cualidades iguales a las nuestras, nos espejan. Son personas en situaciones similares a las que vivimos día tras otro, con los mismos errores y aciertos. Algo difícil de conseguir. No puede dejarse de lado tampoco la brillante descripción que hace de la relación padre-hija adolescente. Lo cuenta tan naturalmente que no resulta forzado.

Es por eso que, ante todo lo que contiene esta historia, si usted anda con ganas de leer algo bueno y no sabe qué, no dude en darle una oportunidad a esta nueva gran novela de Sacheri.

(c) LA GACETA

Alejandro Duchini

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